y me bebes.
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Carpe Diem
Morirse a rienda suelta
Así, como las célebres descripciones girondeanas
como los vidrios rotos de la ironía
Morirse sin pensar más de la cuenta
Morirse de hastío o llorar de hastío es casi lo mismo
-siempre nos queda la posibilidad de elegir-
Morirse de bronca, mordiendo los puños
Morirse de odio, destilando veneno
Morirse de sombras, de grises, de nubes
Morirse de palabras ajenas
Morirse y no sentir la muerte como un espejo satisfecho
Morirse y no esperar un cuchillo que nos despierte
Morirse de dudas, de paréntesis
de miedo y conformismo
Morirse con tiempo
con los brazos cruzados
y una sonrisa idiota
Morirse rutinariamente
Muerte de balcón, de oficina, de plaza, de colectivo,
Muerte cotidiana
Muerte de bolsillo
Distintas maneras de morir
Frente a la vida que nos espera
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Cómo hacerle entender a las palabras que me voy a morir de soledad.
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No es este poema la mancha de rocío
creciendo en la solapa
no se extiende como salitre
por el mármol de la mesa
no es este poema el hábito de desgarrarme
arrancarme el alma
llorando a dentelladas
no es este poema el dolor de domingo
la tristeza durmiendo en el bolsillo
la paz y la certeza del café
y un libro de Alejandra
no
no es este poema una lucha revolucionaria
la sangre se siente cobarde bajo el párpado
las alas no buscan la ventana abierta
no es este poema un dibujo de tu ausencia
se acerca el tiempo
de volver a sentir
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Relato en segunda persona
Ya una vez te lo dije,
Basta de dolerte en poemas.
No me alcanzan las palabras de este mundo para explicarme los motivos de tu eterna soledad.
Sombra, me decís. ¿Sombra?
si sos hasta ahora lo más claro que tengo en la mirada
Es verdad que solés ser impalpable, de papel, intangible en mi necesidad de abrazarte, de conocerte. Sin embargo, sombra es una palabra muy chica, una manera muy oscura de pensarte. ¿No me creés si te digo que hasta sos la única luz que me queda en este desierto? No, no me creés, por supuesto.
Es así, lamentablemente.
Es tu destino invitar a la tristeza a tus papeles.
Y no me digas que no,
No podés buscar la felicidad en la incertidumbre de lo cotidiano.
Te lo vuelvo a decir: mi vida no sería lo mismo si no te tuviera. Es más, mi vida no sería si no te tuviera. ¿Qué decís?... No mientas, yo sé que te alcanza. No esta noche, que es cuando siento que podés llorar el mundo por los ojos y se te puede partir el eje del cuerpo en dos vidriosos fragmentos de soledad. Pero sí sé que mañana vas a volver a contar con las palabras más hermosas, y sé que mañana vas a poder volver a creer en el futuro,
y todo el pasado que hoy te duele en el pecho
mañana va a ser una pelusa volátil
o un pedacito de papel abollado.
Creéme si te digo que la soledad no es eterna
y que al menos, me tenés a mi
que a veces no alcanzo pero que sin embargo te completo
Sombra, sombrita
Soy el optimismo buscando nuevas redes para cazar tu sonrisa.
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sigo creyendo
que este silencio
dice más que todos los poemas que pueda escribir.
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Hoy sangro estrellas por la boca
me duelo en astros
a distancia
destilo noches de insomnio
café de madrugada
eternos cigarrillos que asesinan el aire
Hoy estoy de puertas abiertas a la eternidad
No esperes,
te regalo este cielo.
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Qué me importa la poesía
a mí, especie vacía
palabra sin mayúscula
bolso de soledades y sombras
Qué me importa la poesía
de qué me salvan los versos
y la angustia de los libros
si no puedo sentirme frente a un espejo
si se me borran de los ojos las lágrimas
si me duele cada hora, cada día
Qué me importa sentir una magia esporádica
si para sentirla
tengo que morir un poco
Gracias
Pero no la quiero.
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Reniego de mi especie
desando mis pasos
me arranco las vestiduras
renuncio a toda promesa
a toda fidelidad
me arrepiento una y mil veces
de las palabras que el viento me dibujó en la boca
Reniego de mi esencia
Y de todo lo que me toca
Renuncio al dolor de ser poema:
El poeta tiene una vida demasiado corta
Si no tengo palabras
¿con qué lleno
el vacío
de la soledad?
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Tenés en las manos el último poema No es fácil hacerme despertar de tanta angustia Sin embargo Quién diría que estás Reinventando mi manera de creerte De escucharte con los ojos cerrados Mientras afuera el mundo se deshace en una tormenta de Verdades pero a mi no me importa más que Escucharte decir que va a estar todo bien y que Vamos a poder ser felices sin necesidad de seguir rompiendo las distancias que Inevitablemente nos abren el pecho como un Barrilete partiendo el cielo Así y todo me mirás y ves como cierro los ojos Con obediencia ciega a tu enseñanza mientras Espero que leas mi Último poema que tenés aferrado como un talismán en las manos cerradas.
Monólogo de calle
por qué ya no me sirve, digo, porqué ya no puedo, sigo caminando y me pregunto por qué se me desarmaron las palabras en la boca como el azúcar pegada a la palma de la mano mientras estrujaba el sobrecito, sí, ese mismo día, ese día en que una llamada de teléfono terminó de borrarme lo que me quedaba de sonrisa, y aunque respondí, sí, aunque hablaba, ya no me servían las gotas de palabras que caían de los ojos, y no, cómo querés que no me enoje, mirá las cosas que me pasan, no ves que no me sirven las letras para explicarte lo abominable de tu crueldad, sí, ahí fuiste cruel, y así sentado enfrente mío y viendo cómo el azúcar se hace hélices de rocío en las manos, y sí, así y todo no dijiste nada, sigo caminando y me tropiezo con una bolsa de basura, y cómo no dijiste nada que me salve en ese momento, en ese instante cualquier cosa me hubiese salvado, hasta un estornudo y la puta madre, y miro la hora en el celular y se aproxima el momento de verte, y una palabra tenías que decir nomás, y nada, pendejo siempre lo mismo, revolvías el café y era más importante que escuchar mi grito, y sí, obviamente que después de tanto huracán no hacen falta las palabras para contarte que estuviste más ausente que un fantasma, porque a veces los fantasmas no están tan ausentes al menos te acarician la espalda, pero vos, vos nada como siempre, ni siquiera me pudiste regalar el último escalofrío del invierno, y mejor así la dejamos, sí, mejor que te diga eso, que se me hace tarde y se me terminan las palabras.
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Necesito de esta ausencia
este dolor que me figura
y me precede
y me dice
me nombra como soy
esto es Julia
esto es Poema
esto es Dolor.